
El nuevo capítulo de mi curso de literatura argentina está dedicado a mi preferido: Domingo F. Sarmiento.
Creo que mucha gente se podría llevar una sorpresa mayúscula leyéndolo. Este capítulo es un esfuerzo para incitar a una experiencia de lectura regocijante, y dejar un poco de lado todos los lugares comunes que inducen a malinterpretar a ese personaje histórico tan equívoco. Lean el capítulo, pero sobre todo, léanlo a Sarmiento. Después me cuentan.
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