La furia que me invade en cada ocasión que debo bajar a esos túneles infernales para transportarme en esta ciudad del carajo me enceguece. Como todavía no estoy listo ni deseo convertirme en un vándalo que incendia vagones y estaciones -especialmente porque sé que moriría como una rata-, preferí
adherir al petitorio preparado por el blog
Viajé como el orto. Dejen de pelotudear y firmen ustedes también.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario