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lunes, 30 de abril de 2007

Familia Costa invade Chile

Mentira, es sólo una nota en este site. Muchas gracias, de todos modos.

martes, 17 de abril de 2007

Conclusión del Bafici: Tati era un genio

Ya leí y escribí demasiado sobre el Bafici, así que mejor ver un video. Lo que más me gustó finalmente fue un clásico: Playtime (1967), de Jacques Tati. Hay algunas cosas de esa película en YouTube, pero para que tengan una idea de lo genial que era este francés, mejor este fragmento de Trafic (1971).

martes, 10 de abril de 2007

¡Último momento!


Evan sabía que iba a ser tía. Desde hoy sabe que va a ser la tía de Luisita.

Lo que va del Bafici


Si a alguien le interesa lo que tenga para decir acerca de las películas que vi hasta ahora en el Bafici de este año, lo puede encontrar acá, entre los comentarios del Bigoblog. Puedo adelantar rápidamente que el saldo es bastante favorable, como casi siempre. Este es un evento que le acaricia un poco la espalda a mi orgullo porteño, últimamente tan maltratado. Y espero que siga siendo así, a pesar de todo lo que hacen ciertos imbéciles para sabotearlo (ver nota anterior).

Puedo comentar en cambio los diálogos que tuve con directores de dos de las películas que vi. La presencia de varios de los directores de los films en exhibición o competencia, para presentar, comentar o debatir su trabajo, es otra de las atracciones del festival.

El primero lo puedo reproducir con total exactitud, fue con Reginald Harkema, joven director canadiense de Monkey Warfare, en la esquina de Corrientes y Agüero, al aprovechar que una de sus asistentes me preguntó por la calle Humahuaca:

Yo: I just saw your film, it´s great!

Harkema: Which one, Monkey Warfare?

Yo: Yes, it´s great!

Harkema: Thank you!

Inolvidable.

El otro fue con Chris Hegedus, co-directora de varias de las películas del venerable D. A. Pennebaker, aquel mismo que filmó a Dylan, Bowie y Depeche Mode (entre otros) en sus momentos de gloria. Fue en el pasillo del Hoyts luego de la proyección de The War Room, excelente documental sobre la campaña de Bill Clinton para las elecciones presidenciales de 1992. Mi pregunta esta vez fue algo más incisiva, acerca de la circulación y recepción de ese tipo de películas documentales en EE.UU., aunque pareció que repentinamente me había olvidado del idioma inglés al formularla. De todos modos, ella entendió lo que quería decir, y hasta dijo que era una “interesting question” (a Gustavo Noriega, que le había hecho otra consulta en la sala, no le dijo lo mismo, ja). Y respondió en un inglés impecable y cristalino que el cine documental no tiene una circulación importante en su país, que es difícil estrenar en los multicines y que, por eso mismo, también lo es que los canales de TV compren los derechos para emitir el material. Que, contra todo pronóstico, el canal de Disney emitió The War Room, aunque censurando todas las puteadas del jefe de campaña. Que pocos canales importantes se atreven a transmitir material de una campaña demócrata, porque tienen miedo de ofender a los anunciantes que respaldan al partido republicano (uhhh).

Antes, en la sala, tanto ella como Pennebaker habían contestado otras preguntas de respuestas obvias pero que siempre necesitamos hacer, especialmente la consabida “¿Cómo hizo Bush para ganar dos presidenciales después de ocho años de un presidente tan popular como Clinton?”. Bueno, porque los republicanos siempre apuntan a los instintos más básicos de los votantes, el patrioterismo y el miedo al terrorismo. Porque son muy efectivos haciendo aparecer a los demócratas como bobos pusilánimes, liberales antiamericanos de costumbres relajadas y educación y modales extranjerizantes. Porque hacen sentir a sus votantes orgullosos de ser americanos.

Respuestas que tienen su lógica, pero sobre las que hubiera estado bueno profundizar, porque también son muy frustrantes. Algo más que eso debe de haber, porque la propia película mostró que fue justamente a todo ese manual de campaña republicano que Clinton le ganó en el ´92. Bueno, todo no se puede, los directores fueron muy amables y el personal del festival ya les tenía preparados otros compromisos.

miércoles, 4 de abril de 2007

Mecenazgo


Sí, los muros siguen cayendo, ahora también posteo un comercial: el de Nike dance, "suda el jamón".

Algunas ideas cortas, más preguntas que respuestas.

Parece que cada vez son más los artistas que no tienen problemas en aceptar ser patrocinados o, directamente, trabajar por encargo de una corporación. Ni siquiera de una tan polémica y muchas veces tan desagradable como Nike.

¿Vale la pena seguir cuestionándonos esta suerte de mecenazgo del siglo XXI? Hay cada vez más ejemplos de productos y eventos de la industria cultural creados al sólo efecto de publicitar mercancías o "construir imágenes" corporativas. Y que, a la vez, implícita o explícitamente, reclaman o se apropian de la categoría de "arte". ¿Qué hacemos con todo eso, entonces? No creo que se lo pueda ignorar, así sin más.

Aunque aún no me consta, se supone que la música de este comercial la hizo Gustavo Santaolalla, y mejor dejemos de lado las consideraciones acerca de sus actuaciones públicas, generalmente tan celebradas. En lo estrictamente musical, más allá de que produzca toneladas de discos execrables, es más que obvio que el tipo no tiene un pelo de boludo. No es casualidad el lugar que ocupa actualmente, el del rey Midas latinoamericano, ahora también con Hollywood a sus pies.

Y en ésta gana él. La música del comercial está buena.

En general, no me gusta el reggaeton, supongo que porque todavía no encontré un estímulo como para escucharlo en serio. Todo lo que provenga de cualquiera de las sub-culturas hispanas de los EE.UU. me produce un poco de urticaria: es facilísimo decir que es una grasada.

Pero esta canción de sudar el jamón, ¿no podría estar firmada por M.I.A., esa chica nacida en otro país bien tercermundista (Sri Lanka), autora del mejor disco del año 2005 según la insospechable y catalana revista Rockdelux? Seguramente que sí, si pensamos que lo que M.I.A. hace en esencia es -como en el presunto reggaeton de Santaolalla- un brutal e irresistible cruce (o pastiche) de ritmos sincopados, emparentados claramente con el hip hop pero con influencias de las más variadas. Puede que M.I.A. aporte algo más de trabajo sonoro, pero en fin… La comparación no es descabellada, en todo caso, como podrán ver en los videos siguientes.

También podríamos hablar de la calidad de este comercial en tanto que pieza cinematográfica, o si se prefiere algo más popular, como video clip. Pero eso se lo dejo a alguien que sepa más.