La noticia que inspira este post es una novedad que, como tantas otras actualmente, sabe mezclar en dosis irresistibles el marketing y la filantropía, piedras fundamentales de la cultura capitalista anglosajona. Se trata de una nueva camiseta del muy tradicional equipo inglés del Everton, provista por la marca Umbro, que para esta especial ocasión cambiará su azul habitual por el rosa. ¿El motivo? Publicitar una campaña contra el cáncer de mama. Muy loable, por cierto, aunque con ciertas implicancias quizás impensadas.
Si bien
De todos modos, puede ser que muchos tradicionalistas del fútbol vean a las camisetas rosas con algo de desconfianza, más aún si le agregamos un toque de machismo u homofobia. ¿Cuántos serían capaces de pasearse por las calles de Soldati con una llamativa casaca rosa con vivos negros del Palermo siciliano, reciente animador de la pelea por los primeros puestos de
Estos rudos homínidos deberían aprender algo más de historia. Durante los años que coincidieron con la creación de muchos de los clubes más conocidos del presente –tanto en Europa como en América- el rosa fue un color que solía repetirse en las camisetas de los clubes, ya fuera en soledad o combinado con otros en bastones, cuadros o mitades. La asociación más decidida del rosa con la femineidad, y consecuentemente, con la falta de coraje en la disputa deportiva, fue el motivo principal de la caída en desgracia de este color, tendencia que se dio recién llegando a la década de 1910.
Como es evidente entonces, los colores y diseños de las camisetas de fútbol no han sido siempre los mismos, y desde los comienzos de la historia del fútbol moderno muchos han sido los factores que han influido a favor de una u otra tendencia. Estos factores también han sido de diversa índole, a veces relacionados con cuestiones reglamentarias del juego mismo, en otras ocasiones motivados por vaivenes sociales y económicos. De todas aquellas tendencias es posible encontrar rastros en la actualidad, sin embargo, y a pesar de que no muchos de los que compran, usan o coleccionan camisetas de fútbol saben por qué, por ejemplo, el Real Madrid hace del blanco su emblema, por qué el Celtic y el Sporting de Lisboa usan rayas horizontales verdes y blancas, cómo es que el Aston Villa y el West Ham comparten esa extraña combinación de granate y celeste, o por qué ciertos colores suele repetirse hasta el hartazgo, la respuesta a estos pequeños enigmas se vincula casi siempre a aquellos rastros.
Más allá de las camisetas rosas entonces –que Arte y Sport defiende fervientemente-, en algún otro post aprovecharemos para revisar un poco la evolución histórica general de los diseños, lo cual nos permitirá conocer información insospechadamente interesante.
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