Las nuevas de mis equipos

No sé por qué esta extraña razón nunca me puedo identificar con los grandes equipos, esos que siempre juegan lindo, ganan y salen campeones. Es un placer ver jugar al Arsenal, a veces al Barcelona, es admirable la efectividad del Chelsea, la tradición copera del Madrid o el Bayern.

Pero yo nunca puedo querer que ganen esos equipos. Desprecio secretamente a sus hinchas, por tenerlo todo tan fácil. No es que tomo partido por el más débil. Se trata más bien de que me atraen los equipos que alguna vez fueron exitosos, los grandes venidos a menos, los que forjaron una tradición, quizás hasta enseñaron un camino. Pero hoy son sólo una sombra impotente, obligados a emocionarse únicamente recordando glorias de otros tiempos. Que quizás nunca vuelvan.

Entiendo y comparto los pesares de los hinchas de estos clubes. Que deben contemplar, cada vez más indiferentes al dolor, los éxitos y los festejos ajenos. Que no pueden evitar rebelarse ante cada nueva catástrofe de sus equipos. A pesar de que, muy de tanto en tanto, deban conformarse -si tienen suerte- con ganar alguna copita intrascendente, que ni ellos mismos se creen del todo.

Esa es la principal razón que hace que en Inglaterra me guste el Tottenham Hotspur. Y en Alemania, el Schalke 04. Y estas son sus nuevas camisetas.